sábado, septiembre 30, 2006

LOS ODIO

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Un ex-amigo me manda fotos de su última borrachera. En ellas aparecen él y una ex-amiga, super ebrios y felices, exprimiendo la última gota de chela que queda en la botella y yo pienso que... LOS ODIO!!!!!!!!!!!
¿Por qué me olvidaron?
Es sumamente cruel que el mundo siga girando aunque uno se haya estacionado en el dolor. Quisiera que sus vidas no continuaran tan fácilmente, que tuvieran problemas y angustias como yo, pero a la gente que me rodea casi siempre le va bien.
Quizás por eso me olvidaron y se alejaron. Cioran escribió algo preciso al respecto, eso de que a las personas no les gusta soportar la tristeza de los demás ("Se está civilizado en la medida en que uno no proclama su lepra,... Nadie tiene el derecho de doblegarse bajo el peso de sus horas. Todo hombre recela una posibilidad de apocalipsis, pero todo hombre se constriñe a nivelar sus propios abismos". En: Breviario de Podredumbre.). Mi tristeza crónica debió alejarlos.
Hoy es "sábado por la noche" y estoy frente a la computadora escribiendo un ensayo aburridísimo para la universidad. Al menos soy consciente de que mi vida no es vida, y de que el tiempo se me va en un trabajo que no aprecio y estudiando una carrera difícil; y detesto el hecho de que mi felicidad se postergue al futuro, así como el tener mi propio depa, un humilde Toyota Célica y, mínimo, un gato. Pero cuando dejo de divagar y me estrello contra la tierra, reconozco que lo más probable es que mi situación mejore sólo en el futuro (si es que alguna vez mejora).
Dicen que hay que disfrutar el camino; mis ex-amigos lo disfrutan y ya no me llaman para salir luego de que un par de veces me arrepentí a última hora. La gente que consideramos nuestros amigos deberían insistir más con nosotros. Nosotros, los difíciles.