martes, marzo 27, 2007

Celebrando en el Presbítero


Como para celebrar el inicio del año académico, llena de grandes expectativas y determinaciones, me encaminé hacia el cementerio, adonde no iba desde hace mucho.
La última vez ahí, una botella de vino fue suficiente para que mi amiga y yo termináramos tiradas sobre las criptas discutiendo nuestros arreglos post mortem. Una moneda lanzada tres veces decidió 3-0, sin dejar lugar a dudas, que ella moriría primero.
Hoy, en cambio, no hubo alcohol, y el insoportable calor nos obligó a andar de sombra en sombra, aún así le presentamos nuestros respetos a nuestra favorita, María Zapana, quien siempre nos ha cautivado con las bellas palabras de su lápida. Yo también quiero que cuando muera, todos queden sin resignación ante mi partida y que muchos corazones se rompan en mi ausencia.
Este post de muerte me recuerda que la semana pasada me llamó Guillermo -amigo del colegio- para decirme, completamente horrorizado, que Luchito underground -otro amigo del colegio- había intentado suicidarse con pastillas, y lo habría logrado si su madre no entraba a su cuarto a buscar al gato.
No me gusta nada la idea del suicidio, por cierto, quizás porque le tengo miedo al dolor, lamento lo de Lucho, pero no tampoco seré una más alrededor de la cama diciéndole que vale la pena vivir.

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

lunes, marzo 19, 2007

¿Dónde estás Mino?


Pues me va de mal en peor, ahora sucede que se perdió mi gato, mejor dicho: se lo robaron. Desde hace días sueño que vuelve y yo le preguntó si tiene otra familia pero él me mira como siempre, con esa carita como diciendo "¿Por qué no tienes hijos?, ya me hartaste" (y que yo interpreto como el estado de ánimo de una inteligencia superior). Mi sueño varía, a veces él me responde, pero cuando despierto nunca recuerdo lo que me dijo, y luego estoy todo el día pensando en eso y no puedo leer ni hacer nada más, el fin de semana debía ser interesante pero cancelé todo, irremediablemente me alejo más aún de los nuevos pseudoamigos.
En este submundo en el que me encuentro es común la desaparición de mascotas, especialmente gatos. Sea porque se dice que los comen, o porque les dan veneno, el hecho es que desde hace una semana vengo escuchando que muchos gatos se han perdido por mi cuadra, y otros han aparecido muertos en techos ajenos. Hasta entonces no me había fijado en que cada casa de mi cuadra tiene por lo menos un gato, así que eso confirma que no soy la única persona solitaria-comeniños-neurótica-autorefugiada en el amor a los gatos.
Se me fue la única razón que tenía para llegar temprano a casa, su comidita especialmente recomendada por el veterinario (o sea: carísima) sigue en su plato, su juguete ya lo destrozó mi perro (a ver ¿por qué mejor no se roban al perro?), ya no hay pelos de gato por toda mi cama, ya no tengo alergias, y ya no tengo con quien hablar sin hipocresía. Ya no quiero volver a tener jamás una mascota, ahora espero fríamente que pasen los 3 años que le quedan al perro y se acabó.
Así como no se debe confiar en nadie, igualmente no debemos permitirnos el amar algo diferente de uno mismo.