domingo, mayo 17, 2009

Otro domingo nefasto


Desde el inicio, una imagen me desencajó, mi mejor amiga, mi alma gemela en pleno escarceo amoroso con alguien sólo definible como imbécil, todo había quedado registrado en el DVD de la vulgar graduación que me puse a ver no sé por qué.


La llamó y le increpo la ligereza de su actitud amistosa con algo así, pero lo niega y lo peor, miente diciendo que sólo era trivial talk, que sólo respondía, que no iniciaba la conversación, etc., lo que me obligó a soplarme las dos horas que duró este desastre de ceremonia y sólo para confirmar el engaño. Quien no ha tenido mejores amigos pensará que soy psicótica, y quizás lo soy, pero no por esto, pues lo cierto es que en estas relaciones uno llega a involucrarse tanto en la vida del otro que adquiere el derecho a criticar cosas como éstas.


Ese día, la graduación, fue el peor de todos para mí, estaba triste porque sentía el fracaso amenazándome, por lo falso que era todo el asunto, la última imposición que debía soportar, y además porque sabía que marcaba el final de la más larga amistad que he tenido en mi vida, por pura decepción, aburrimiento, y hartazgo. Habíamos sido amigas desde el primer mes de la universidad y siempre fuimos como almas gemelas, las mismas ideas y preferencias pero desde un tiempo atrás, ella cambió, se adecuó a este mundillo y siempre lo negó. Hace unos días, unas fotos del hi5 me confirmaron su hipocresía pues ahí salía muy feliz, abrazando gente que me había dicho que despreciaba. Y ahora esto. Me mata pensar que he confiado tanto en alguien hipócrita, que en cualquier momento se casa, se reproduce y se muere como cualquier otro animal. Éramos distintas del resto, y ahora sólo quedo yo con estas ideas, extrañando como nunca a los amigos que perdí, extrañándola a ella sobretodo, pero a la de antes, la de los días de vagabundeos por el centro, viendo películas antiguas en aquel cine desaparecido, yendo a museos, conferencias, bares, siempre juntas, y ahora para siempre distantes.


“Se habían matriculado en los mismos cursos, se sentaban en la misma banca, iban juntos a la biblioteca de San Marcos o a la nacional, a duras penas se separaban para dormir. Leían los mismos libros, veían las mismas películas, se enfurecían con los mismos periódicos…a veces emprendían como una aventura largas caminatas por la ciudad. Asexuada, fraternal, la amistad parecía también eterna”. Conversación en La Catedral. Mario Vargas Llosa.

sábado, mayo 02, 2009

El goce de estar triste


1964

I
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
Ni los lentos jardines. Ya no hay una
Luna que no sea espejo del pasado.
Cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
Que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
La fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
Sino lo que no tiene y no ha tenido
Nunca, pero no basta ser valiente
Para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
Y te puede matar una guitarra.

II
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
Un instante cualquiera es más profundo
Y diverso que el mar. La vida es corta
Y aunque las horas son tan largas, una
Oscura maravilla nos acecha,
La muerte, ese otro mar, esa otra flecha
Que nos libra del sol y de la luna
Y del amor. La dicha que me diste
Y me quitaste debe ser borrada;
Lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo me queda el goce de estar triste,
Esa vana costumbre que me inclina
Al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.

Jorge Luis Borges