domingo, diciembre 20, 2009

Reventando



El número de explosiones por hora se va incrementando notoriamente y me tiene intranquila desde ayer. Desde el primer día de diciembre ya empiezan los malditos niños a reventar cohetes en las calles, y yo resulto ser la única persona que no lo encuentra lindo o conmovedoramente navideño sino sólo como la futura causa de mi muerte por infarto fulminante. Detesto diciembre.

Y encima, no quiero ir a trabajar mañana (ni nunca más), pero sé que no puedo faltar, ya no es como antes, ahora si falto los pendientes sólo se multiplican. Estoy atrapada en un círculo vicioso de trabajar-comer-dormir que será difícil romper. Con mis mejores intenciones puestas en ello, aunque sin lograr emplazar también a la perdida esperanza, así, vuelvo a este postergado blog, con preocupaciones terrenales, inmobiliarias -aburguesadas-, pero también con muchas ganas de retomar un poco lo que yo era antes de la adultez y el consiguiente enseriamiento. Quizás el cambio a veces signifique volver a lo olvidado. Por eso, a pesar de que sólo escribo en inviernos y otoños, trataré de no abandonar mi blog en este verano que auguro terrible, porque a pesar de todo lo feo que aquí pongo, me gusta leerme y saber que hice algo más que sólo lo debido y lo útil.

viernes, julio 03, 2009

Tengo que leer pavadas


Luego de haber pasado los últimos fines de semana aplastada en la cama con la laptop, justo ahora me dan ganas de salir, ir al teatro, ver la exposición sobre Da Vinci, o esa otra de los cadáveres humanos, salir por fin a tomar fotos de los árboles rosados, ir nuevamente al museo de arte italiano, etc. Me doy cuenta que empiezo a sabotearme como siempre.

Cada vez que hay una responsabilidad, como estudiar, empiezo a soñar y torturarme con la idea de salir del aburrimiento, cuando este aburrimiento me sentó muy bien durante días anteriores y por lo general termino disipándome y cayendo en la mediocridad. Creo que voy a tener que hacer algo radical para acabar con esta maldita procastinación.

Contradictoriamente, a esta vaga le fascina esa de Lao Tse sobre que "El que domina a los otros es fuerte; el que se domina a sí mismo es poderoso".

sábado, junio 27, 2009

Un día muy oscuro


Problemas mundanos me impiden seguir sufriendo mis dramas personales, creo que eso es lo que hace que la gente continúe con sus vidas sin gracia. Alguién que te pide ayuda, problemas laborales o familiares, cosas como esas te sacan de la abstracción del dolor de existir y te encaminan a la loable labor de sacrificarte por otros.

Recuerdo que Henry Miller, en uno de los Trópicos, decía que ayudaba a otros porque sí, y gran parte de su actividad fuera del sexo era prestarse dinero para regalarlo a cualquier imbécil.

Hoy recibí una terrible noticia, un desastre familiar que requiere de la comprensión y apoyo (económico sobretodo) a un miembro del clan. Y para mí, que no tuve responsabilidad alguna en eso, significa sacrificar mi levedad laboral y optar por algo seguro que permita aportar considerablemente a este proyecto de rescate.

Es decir, de estar delicadamente decidiendo qué mierda hacer para sobrevivir por mi cuenta en los 60 o más años que me quedan y no suicidarme antes, ahora debo optar sólo entre aquellas huevadas útiles que probablemente me sequen el corazón.

Esa es la vida la mayor parte del tiempo, tristeza. Raramente, no dejo de pensar en que odio más que nunca esa "oda al día feliz", tal vez porque en otros tiempos me devolvía la esperanza.

domingo, junio 07, 2009

Mi plan, esperar a que mi vida real empiece.



Perdiendo el tiempo en este domingo que ya termina, me encontré con estas dos interesantísimas piezas acústicas, interpretadas por Colin Hay, una de ellas de su época en Men at Work en cuya letra nunca había reparado, pero que en esta genial interpretación suena realmente conmovedora.

WAITING FOR MY REAL LIFE TO BEGIN. Colin Hay.
Any minute now, my ship is coming in
I'll keep checking the horizon
I'll stand on the bow, feel the waves come crashing
Come crashing down down down, on me
And you say, be still my love
Open up your heart
Let the light shine in
But don't you understand
I already have a plan
I'm waiting for my real life to begin...

OVERKILL. Colin Hay.
I cant get to sleep
I think about the implications
Of diving in too deep
And possibly the complications
Especially at nightI worry over situations
I know will be alright
Perhaps its just my imagination
Day after day it reappears
Night after night my heartbeat, shows the fear
Ghosts appear and fade away...

domingo, mayo 17, 2009

Otro domingo nefasto


Desde el inicio, una imagen me desencajó, mi mejor amiga, mi alma gemela en pleno escarceo amoroso con alguien sólo definible como imbécil, todo había quedado registrado en el DVD de la vulgar graduación que me puse a ver no sé por qué.


La llamó y le increpo la ligereza de su actitud amistosa con algo así, pero lo niega y lo peor, miente diciendo que sólo era trivial talk, que sólo respondía, que no iniciaba la conversación, etc., lo que me obligó a soplarme las dos horas que duró este desastre de ceremonia y sólo para confirmar el engaño. Quien no ha tenido mejores amigos pensará que soy psicótica, y quizás lo soy, pero no por esto, pues lo cierto es que en estas relaciones uno llega a involucrarse tanto en la vida del otro que adquiere el derecho a criticar cosas como éstas.


Ese día, la graduación, fue el peor de todos para mí, estaba triste porque sentía el fracaso amenazándome, por lo falso que era todo el asunto, la última imposición que debía soportar, y además porque sabía que marcaba el final de la más larga amistad que he tenido en mi vida, por pura decepción, aburrimiento, y hartazgo. Habíamos sido amigas desde el primer mes de la universidad y siempre fuimos como almas gemelas, las mismas ideas y preferencias pero desde un tiempo atrás, ella cambió, se adecuó a este mundillo y siempre lo negó. Hace unos días, unas fotos del hi5 me confirmaron su hipocresía pues ahí salía muy feliz, abrazando gente que me había dicho que despreciaba. Y ahora esto. Me mata pensar que he confiado tanto en alguien hipócrita, que en cualquier momento se casa, se reproduce y se muere como cualquier otro animal. Éramos distintas del resto, y ahora sólo quedo yo con estas ideas, extrañando como nunca a los amigos que perdí, extrañándola a ella sobretodo, pero a la de antes, la de los días de vagabundeos por el centro, viendo películas antiguas en aquel cine desaparecido, yendo a museos, conferencias, bares, siempre juntas, y ahora para siempre distantes.


“Se habían matriculado en los mismos cursos, se sentaban en la misma banca, iban juntos a la biblioteca de San Marcos o a la nacional, a duras penas se separaban para dormir. Leían los mismos libros, veían las mismas películas, se enfurecían con los mismos periódicos…a veces emprendían como una aventura largas caminatas por la ciudad. Asexuada, fraternal, la amistad parecía también eterna”. Conversación en La Catedral. Mario Vargas Llosa.

sábado, mayo 02, 2009

El goce de estar triste


1964

I
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
Ni los lentos jardines. Ya no hay una
Luna que no sea espejo del pasado.
Cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
Que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
La fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
Sino lo que no tiene y no ha tenido
Nunca, pero no basta ser valiente
Para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
Y te puede matar una guitarra.

II
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
Un instante cualquiera es más profundo
Y diverso que el mar. La vida es corta
Y aunque las horas son tan largas, una
Oscura maravilla nos acecha,
La muerte, ese otro mar, esa otra flecha
Que nos libra del sol y de la luna
Y del amor. La dicha que me diste
Y me quitaste debe ser borrada;
Lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo me queda el goce de estar triste,
Esa vana costumbre que me inclina
Al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.

Jorge Luis Borges

lunes, marzo 16, 2009

Tiré la toalla



Escucho el cd prohibido de coldplay y una canción me devuelve a un domingo en la universidad, durante el descanso de un trabajo de medio tiempo mal pagado y aburrido en que me había sentado en una banca del parque a comer una barra ­y escuchar música. Entonces me sentía dejando pasar la juventud en cosas absurdas con tal de lograr algo mucho mejor luego. Y ahora, cuatro años después, parece que ningún esfuerzo valió la pena.

A mí no me sirve dejarme llevar, trate con la espontaneidad y no me funcionó. Las reglas por lo general puedo seguirlas, pero el azar me deja sin piso, sin norte. Cuando ni seguir las reglas me funcionó, me dejé convencer de que en algún momento las cosas mejorarían de alguna forma. Es decir, más impreciso mi futuro no podía ser. Sé que realmente nadie puede decir que será de su vida en 5 años, sólo son expectativas, pero ni eso tengo, honestamente no tengo idea de lo que será mi vida ni siquiera en un año. Eso puede ser excitante para muchos de los magníficos amigos que perdí, pero para mí es la muerte.

En el gimnasio ya no podía más, iba a estallar de fastidio. ¿Qué pretendía este verano? ¿Olvidarme de mis problemas en el cycling? A veces me alucino una de esas niñas que tienen la vida resuelta, favorecidas por la suerte, el novio o la familia. Yo no tengo tiempo para jugar a serlo. Debo seguir buscando algún interés que resulte productivo. El verano ya termina y debo pensar que se acabaron mis vacaciones. A mí las cosas nunca se me van a dar fáciles, no sé porque siempre lo olvido. Ya se acabaron los juegos.

miércoles, marzo 11, 2009

Adiós verano






El verano aún no termina, y contra todo pronóstico, fue más caluroso que nunca y en vez de pasarlo como todos perdí un mes en un curso inservible y el resto tomando color en la azotea. Pasaron varias cosas. Terminé la universidad -o ella terminó conmigo-, conocí gente y la olvidé, fui a la playa –agg-, sigo en el mismo trabajo pero más horas, me enamoré, me desenamoré, y sigo siendo la misma. Sin embargo, siento que hay un poco más de amargura en mí, y que esta vez se convierte en un impedimento, una minusvalía.

Pero la mente la tengo en otro lado, quizás luego haga mi balance oficial del verano. Ahora sólo pienso en lo inútil que soy para las cosas prácticas, callejeras. A mí, educarme, me ha generado más problemas que beneficios. Me ha refinado y hasta debilitado en vez de darme herramientas para sobrevivir. Me siento una extraña la mayor parte del tiempo y lamento reconocer que si pensara menos y tuviera menos reparos, mi realidad cotidiana sería más llevadera. O quizás la educación que llevé no era la adecuada.

Si pudiera volver atrás, no leería más que el periódico, aprendería a pelear como los salvajes con los que tropiezo a diario, nada me afectaría más que el hambre, el dolor y el sueño, pero creo que me las arreglaría mejor que ahora -claro que si pudiera volver más atrás, no nacería jamás, porque en verdad esto no vale la pena-.

Parece que mis gustos, mis ideas y principios no tienen nada que ver con sobrevivir en este lugar. A veces me convierto en la última persona idealista y creadora que intenta mejorar las cosas. Pero no debo ser así. Últimamente cuestiono hasta eso, esa genial idea que me mantuvo viva por tanto tiempo: "sé el cambio que quieres ver en el mundo". YO LO INTENTÉ, y no funciona. Me siento como los cazadores de mitos, y es terrible ver cómo cada uno de mis héroes no tenía mayor razón que cualquier vulgar escritor positivo, cómo las máximas que alguna vez respeté a pesar de mi natural pesimismo no significan nada. Recuerdo que en alguno de los trópicos de Miller, él decía que todo intento por mejorar las cosas era absurdo porque nada cambiaría sin un cambio de corazón en los hombres, y quizás eso sí sea cierto.

Los felices pensaran que me falta vivir, amar quizás, pero en este verano asqueroso tuve algo así. Amé por primera vez, perdí la cabeza, me nublé tanto que cometí errores imperdonables, cedí mi independencia, dispuse de mi orgullo demasiadas veces y, traté de querer así como todos los enamorados imbéciles que se ven embobados en los parques. Y sentí que fui feliz como una niña en algunos momentos. Ahora, con un mal día encima, ya no dudando de mis principios sino confirmando su fracaso, sé que ni siquiera el amor me hace olvidar lo malo que es en realidad todo, o al menos mi realidad. Lo que pasa es que la gente se obnubila y algo satisfactorio en su vida le sirve para olvidar lo mal que les va en otros aspectos, pero eso es sólo un mecanismo de defensa, el creer que no todo está tan mal.

Con "el amor" llegué al extremo pero no me avergüenza, a veces hago eso, pruebo mis límites, y quizás llegué a uno. No puedo pretender que mi vida giré alrededor de alguien diferente de mí, y todo lo mío es triste, por lo tanto, con amor o sin amor, la vida sigue siendo mierda.